martes, 12 de febrero de 2013

A partir de que supe a qué sabían tus labios...

Sin embargo, aquí estoy, esperando a que llueva en el desierto de tu alma, aquí, esperando a que en lo profundo de tu decrepito corazón surga una chispa e inicie de nuevo el fuego que hace tanto se apagó, esperando a que de nuevo tus labios húmedos toquen mi piel.

Ya ni siquiera pronunció tu nombre y no sé si es por que me duele o por que tu nombre ya no suena igual que antes...

Cuando te amaba el cielo se iluminaba más temprano y la oscuridad de la noche llegaba muy tarde...

Cuando tú me amabas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario