Cómo es que contamos historias de fantasmas aunque nosotros mismos seamos uno ya.
Los demás escuchamos por que los fantasmas son inverosímiles, son cosas que no hablan de nadie, y por eso los oídos no se hacen sordos por primera vez, ahora escuchamos y no solo oímos, como cuando nuestra madre nos decía que no miráramos al espejo por temor a volvernos locos... —demasiado tarde madre—, o cuando podíamos hablar sobre quién le gustaba a quién en el receso de la escuela, ahora simplemente volteas te sonríen y ya sabes todo.
¿Qué inseguridades te acompañan ahora? Las de la piel...
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