Te veo de lejos, estás apoyado en una barda y traes lentes, lo único que puedo ver en la inmensidad de ellos es a mi misma en ti, ¿tú te ves en mí? en mis ojos, en el liquido irascible, iracundo... furiosamente común, en las gotas que se retienen caprichosas en las pestañas nacientes, suicidas necias.
Te quitas los reflejos, me despojas... pero ahora me observas y yo sé que estos ojos pequeños te sirven para que no sientas que noto tus grandes defectos.
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