martes, 10 de febrero de 2015

La esperanza duele.

"Ojalá la velocidad para olvidar fuera tan fácil de calcular como la distancia entre tiempo pero el amor no es una ciencia exacta"
-BS


No recuerdo mi infancia, no recuerdo lo que hice ayer, tengo tan mala memoria, pésima en realidad, tengo libretas llenas de recuerdos inútiles, tengo cartas que mandé, los borradores, tengo las cartas que recibí, tengo las fotos, tengo los hilos que ate en mis dedos y que fingi eran anillos, tengo playeras, pulceras y sonatas, tengo imágenes y tengo voces, tengo la felicidad pero también tengo la decepción y la tristeza, tengo los impulsos, tengo las decisiones, los fallos, los aciertos, los desmayos, las risas y los abrazos, los esguinces, los moretones y las cicatrices, pero son recuerdos inútiles por que ya no te tengo, no tengo el calor, no tengo tu mano en mi mano, no tengo tu mirada en la mía, ni tu brazo en mi espalda, tengo la esperanza, esa perra, esa bomba sin explotar, esa desalmada que vive constante en un rincón de tu mente a tientas de salir cuando piensas que ya no necesitas crear nuevos recuerdos, que no necesitas mas cartas, ni su mano en tu mano, esa alarma constante en intermitencia y esa constante incognita de no saber de ti misma, de no saber si ya olvidaste, por que ¿quien esta seguro de ello? Y lloras por que no olvidaste y recuerdas que habías decidido olvidar para no seguir llorando y te guardas y dejas junto con los recuerdos inútiles el nudo de la garganta y tus lágrimas y sonríes a medias.


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