sábado, 26 de noviembre de 2016

La mancha

La vestida, la doña, la niña, la mujer, la escritora reprimida, la soñadora y luego la que no tiene nada,
Ayer
Ayer
Ayer
Ayer
Nada
Hoy,
Escribo para existir
Aunque el silencio
Aunque el sexo
Aunque puta
Aunque mi padre
Aunque las macetas rotas
Aunque regrese con mi ex
Aunque la noche este llena de smog
Aunque las palabras largas de tu carta no las entienda
Aunque extrañe a los viejos amigos
Aunque no valga la pena
Y la señora, la dama, la vieja, la amiga de la esquina tiene pene es el amor de mi vida
y no preguntarte sobre mí
Me gusta su mancha en el jean gastado
Me gusta su cara tan triste siempre
Quizá sea la droga
Quizala habitación cerrada me marea
Me borregueo
Me aprieto las piernas
Me tocó las encías
No siento
N
A
D
A
Se me seca la boca
No puedo besar
Hacen eco mis labios
Como portales de cantera rosa
Nos despedimos de mano
Como dos ejecutivos sin alma
Nos leemos las políticas de cambio y cancelación
Ya están vencidas
No bebo nada
Paso el trago de bilis
Y cuando te alejas veo la mancha en tu jean gastado.

domingo, 10 de julio de 2016

Lo que se lee difícil cuando vas por la calle y tienes prisa.

Soy triste mujer y luego nada.
voy como lento reptil,
con la oscuridad temblando 
con estas furias congeladas
Me dices palabras crueles 
pero en mí la bestia no se inmuta.

Teresa, oh mi Teresita!
tan sola, tan tonta, tan inocente
pulcra, virgen, joven, buena...
Mi Teresita tan pendeja...
en ti las bestias no se inmutan!

Ni los matices de gris opulento
que desdeñan la mañana
Ni cuando a parecen peligrosos detrás
de todos los insomnios, de los tuyos,
de los que se encajan como navajas, 
como abejas agitadas
detrás de los parpados y 
zumban también.

Son un recuerdo,
aguijón tras aguijón
pican a veces suave
 y luego retuercen con ganas,
se mueven  entre las pestañas
 y rodean las sienes.

Pero no Teresa, seguimos aquí, 
intento criar animalejos salvajes,
intento aguantar los golpes
 a las tres de la mañana
y decido entre llorar debajo
 de cualquier puente
o llorarte a espaldas.

Comienzo a creer que las abejas
 ya no son tan malas
porque tú eres el panal,
eso es aún más triste,
que me conforme
 con la miel de la herida

Compartimos los dardos,
cuando me abrazas por la espalda
o cuando te observo la nuca
sé que los ojos te punzan igual
pero tú ya tienes la costumbre del ruido.

Ay Teresa,
 tan linda,
 tan tierna,
 tan fiel,
tan pendeja.


lunes, 20 de junio de 2016

CEGUERA VOLUNTARIA.

Hicimos de nosotros lo que eramos antes, eramos lo que somos y ahora formamos hélices de luchas constantes, cortamos y volvemos a irnos, cortamos y dejamos hecha madeja la carne y los sesos.
Nos devanamos con tal de reconstruirnos, con tal de volver a juntar las piezas y somos menos, menos masa, menos alma, menos, menos, menos.
Tu risa me hace creer, creer en, creer, y cantamos canciones de antaño por el reencuentro como si siempre las hubiéramos tenido en mente.
La boca me sabe a alcohol barato y me convenzo de seguir bebiendo del mismo vaso aunque no me guste beber, aunque yo no sepa de resacas.
En la ebriedad pronuncias palabras complicadas que no te gustan pero que yo guardo como una mirada echada al hombro y me despido lento.
Ya no volteo a verte porque mi ceguera es voluntaria, me voy. 

martes, 14 de junio de 2016

P U T A

jugamos a perdernos,
a dedicarnos poemas con una calidad VGA
porque podemos también tratarnos en MP
pero no queremos
parpadeamos
achicamos los ojos
y decimos "lo siento, no quiero verte te veo"
el aumento de los lentes se perdió
solo quedan estas carcasas sin vidrio
como los ojos sin lagrimas
ya no lloras ni a putazos
porque ahora somos empoderadas
y cogemos por coger
aunque sepamos lo que es amor
un me encanta en facebook
o un like en instragram, por supuesto.
Pero qué mas da publicar los viejos textos
aunque hablen de ti
tu ya no entiendes de jpg ahora solo ves filtros
comprados a mitad de precio en tus apps caras,
aún no me ves, cierto?
los ojos ya se te gastaron
por usarlos demasiado
por tomarte solo fotos con flash
por empoderada y puta
pero no son malas palabras
te enaltezco
te venero
te mamo y cuento hasta diez otra vez
jugamos a perdernos
yo ya empecé a buscarnos
me quito la venda,
tú ya no estás parada frente a mí,
ni tus ojos, ni tú.

lunes, 30 de mayo de 2016

Terquedad.

Yo tenía dieciocho meses cuando a mi padre le nació la huida.
Desde entonces dejé los dientes debajo de una almohada
y empecé a murmurarle a las sombras de la pared.
Mi padre nunca regresó, ni pedí que regresara.
Nunca pude decirle a mi madre que la quería porque
las lagrimas no la dejarían escucharme.
Ella es como un mar todo el tiempo,
me da miedo y me alejo a la orilla donde apenas pueda tocarme
aunque consiente todavía de que me puede ahogar también.
Dejo que se sienta mejor en la profundidad y yo me entretengo
con la basura de la orilla como una huérfana que se consuela con la sal en los labios
No pasa nada.






lunes, 14 de marzo de 2016

Sábado 12 de marzo.

Regresé a las andadas.
Escribo desde una computadora ajena, llena de germenes en las manos.
Lo único que se me ocurre hacer es llamarte a media noche con mi celular fantasma y fingir que aún sigues pendiente de mí pero no te preocupes, la luna ya se va, sigue el smog presente, no tienes que decir que te recuerda a nosotros esa luna dormida o el cielo rojo de nuestra azotea, que nosotros fingimos ser ajenos aunque estemos a dos cuadras y media de distancia, es ahí cuando las calles laten y se encuentran todos los perros hijos de una sola madre, unidos por la desdicha de existir, tú eres perro de otra madre, pero perro de todas formas.
Anoche me encontré en otra cama, tenía manchas de una herida que se exhibe, de un higo maduro, de anhelos de una boca pequeña y me senté en aquellos signos como queriendo borrar cicatrices duras, reescribí con alguien más, y abracé y lloré y masacré todo aquello que tú eras, por ello las manos me huelen a enfermedad, me huelen a pasado.
Ahora no importa si beso los mismos labios otra vez, tendremos el ocaso eterno y la despedida ajena, dormiremos abrazados si quieres, dejándonos amargas las bocas en la madrugada, besar los pezones, abrasar las pisadas, mendigar la caricia, despedirnos.


jueves, 21 de enero de 2016

Bad Girl.

Te estoy perdiendo creo.
No sé si te tuve.
Qué injusta es la ignorancia.
Perdí tu número, si ves esto llámame.
He estado nerviosa ¿sabes? tengo muchas cosas en qué pensar, tengo achaques extraños, como los de siempre pero multiplicados, no he dejado de fumar, hablo dormida me dicen, y también despierta, a veces hasta por los codos pero últimamente solo me callo, constantemente me callo, me caigo, me vuelto a acostar y me cogen.
Me he vuelto más desordenada, por que sí, es posible llegar a estos extremos, ¿no te da gusto saber que aún somos lo opuesto? Ahora tomo té todas las noches, me hace sentir presión en el vientre bajo y si me masturbo el orgasmo es mas intenso, como cuando estas de misionero con las piernas adornando los hombros, ¿si sabes? sigo hablando de sexo, perdona la incomodidad, no puedo dejar de contarte todo...
He conocido a alguien, es un idiota, como con los que usualmente yo salgo, me lastima en muchos sentidos pero he tenido esa vena masoquista mucho tiempo, creo que de nuestros tiempos aún mantengo ese lado mío que tú conociste, creo, ya hace mucho que no nos vemos los defectos, tenemos los ojos escondidos en las palmas de las manos cuando nos encontramos por la calle y tenemos los oídos metidos en el culo al parecer, no sé si tengas la amabilidad de poner las manos en estas lineas y hacer como que me lees, pero okay no hablemos de que tan improbable sea que quieras saber de mí.
Fingiré que sí.
Entonces... Pasan cosas, me imagino que también a ti te pasan cosas, quiero saberlas también pero no sé si siga siendo lo tuyo escribir cartas, o al menos a mí.. pero bueno quiero pensar que también coges, deberías, a veces es bueno, cuando te lo hacen bien claro...
Él es de algún signo que ahora mismo no puedo recordar, trato de decirlo y se me va el nombre y solo puedo recordar unas pinzas, no sé si sea cáncer, pero no lo es por que él no es tan buena persona, es alguien demasiado... demasiado vacío, tanto, que mi amor no lo llena, ojalá pudiera ¿sabes? pero tiene algo con lo que yo no puedo cargar, lo he intentado, me he ido pero inevitablemente siempre regreso y me siento como un espectador viendo a un animal moribundo, o ¿es a caso que yo soy el animal tirado a un lado de la carretera? sea cual sea el caso estamos ahí ya hablando de erecciones involuntarias o de extrañarnos (pero no) o ya estamos hablando de mis labios (de todos ellos) o de música y nos abrazamos como si nos quisiéramos, nos decimos cosas que existen, ya sea en el plano de la mentira o de la verdad pero ahí están, y vemos por nosotros mismos, trato de despedirme siempre de él por si me voy para no regresar o por si él me olvida. Las dos cosas son posibles y las dos duelen igual.
Lo extraño siempre ¡carajo!, extraño a la gente también ¿sabes? como a ti por ejemplo, llámame un miércoles a las 9 de la noche por que esos días te los dedico a ti, como los viernes a él y como los domingos a los demás, no me olvides.

martes, 19 de enero de 2016

Los fantasmas son inverosímiles.

Cómo es que contamos historias de fantasmas aunque nosotros mismos seamos uno ya.
Los demás escuchamos por que los fantasmas son inverosímiles, son cosas que no hablan de nadie, y por eso los oídos no se hacen sordos por primera vez, ahora escuchamos y no solo oímos, como cuando nuestra madre nos decía que no miráramos al espejo por temor a volvernos locos... demasiado tarde madre, o cuando podíamos hablar sobre quién le gustaba a quién en el receso de la escuela, ahora simplemente volteas te sonríen y ya sabes todo.
¿Qué inseguridades te acompañan ahora? Las de la piel...

viernes, 8 de enero de 2016

La estación perezosa.

Colmamos de paciencia la última estación viviente.
Entre las cobijas o las piernas, o la ropa interior gastada, entre perfumes caros, entre canciones que no entiendo, me llené de ti... y el jardín de repente se volvió gris; ya las flores se marchitaron, las hojas se destiñeron, la tinta no me alcanzó para poder volverte a crear, ya no puedo, ya no quiero.
Y las luces se apagan y nos tocamos despacio debajo de las sabanas, aunque el jardín este muerto, fingimos para no tener que ir a recoger lo muerto, para no enterrar lo podrido aunque sepamos que ya no tiene caso ignorarlo, busco entre los dedos y entre los dientes desnudos las respuestas que no encuentro en mi misma, mi vida, te extraño más que nunca por que ya te di demasiado de mí.
La estación se vuelve perezosa pero yo te extraño, y la estación no acaba y no llegas.

Ojos pequeños, que no ven grandes defectos.

Te veo de lejos, estás apoyado en una barda y traes lentes, lo único que puedo ver en la inmensidad de ellos es a mi misma en ti, ¿tú te ves en mí? en mis ojos, en el liquido irascible, iracundo... furiosamente común, en las gotas que se retienen caprichosas en las pestañas nacientes, suicidas necias.
Te quitas los reflejos, me despojas... pero ahora me observas y yo sé que estos ojos pequeños te sirven para que no sientas que noto tus grandes defectos.